Melancholia de Lars Von Trier

Que gran suerte tenemos de que Penelope Cruz rechazara el papel de Justine... Dios existe, aunque solo sea en los días impares. Y así podemos gozar del duelo interpretativo Kirsten Dunst/Charlotte Gainsbourg. 

Banda sonora luminosa para un film de dos horas sombrío y lentamente melancólico-desesperante. Con un impresionante inicio con el Tristán e Isolda de Wagner. 


Lars Von Trier ha dicho de su película "Me temo que a lo mejor he hecho una película demasiado bonita". La fotografía del chileno Antonio Manuel Claro con escenas bellísimas como Justine flotando en el agua, tal Ophelia de Millais, o la de Justine también desnuda e iluminada por la luz de Melancholia, lo confirman, y tan solo son dos planos de un continuo fervor estético plagado de citas y planos artísticos. 

Stendhal decía que  "La gente propensa a la melancolía son las mejor dotadas para el amor", quizás Justine buscando ese amor fatalista, desnuda ante la cruda naturaleza es la que impregnada de melancolía desde el inicio de la película, la que mejor entiende el amor, la más cerebral y la que se enfrenta con mayor entereza a la muerte, lo contrario de Claire (Gainsbourg).

La desesperanza desde el inicio, no dando cobertura a ninguna mota optimista, como transcurre y evolucionan los personajes a través de la melancolía, la depresión, ante una muerte certera. Certifican a Von Trier como el director más jugoso del cine europeo, ya sea gracias a sus paranoias como al equipo que le rodea o al buen trabajo de sus actrices. Porque es un director de mujeres. No hay duda.